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NAVEGACIÓN A VAPOR 

 

A partir de 1860, ya en el contexto del mercado mundial capitalista, se desarrolló un sistema cada vez más interdependiente, como una necesidad del capital en su fase de expansión global y acumulación en gran escala. Por eso, la apertura  de los mercados era una condición indispensable,  y el mar se convirtió en su espacio favorito para ser surcado  por un nuevo invento surgido de la Revolución Industrial: la navegación a vapor.

 

Venezuela es incorporada,  de manera  definitiva, al mercado  mundial, e Inglaterra  se adueña  del mar, aprovechando la sangrienta  Guerra de Secesión en los EE.UU. (1861-1865). Inglaterra disputará su poderío  con Alemania, especialmente con los barcos provenientes de hamburgo y Bremen, y con Francia, la tercera potencia  marítima en disputa. Pero tan pronto  como finaliza la guerra en EE.UU., al año siguiente se registra la llegada de los vapores de la New York and Venezuela Mail Line.

El Caracas, primer buque a vapor de la línea D Roja. Oleo fechado en 1865: propiedad de la casa Boulton

Transporte de Vapor Año 1900

 

Tranvía de Caño Amarillo

año 1930

En 1871 hace su aparición la línea de vapores alemana Hamburg-America. Su primer cargamento venía dirigido a sus agentes Blohm, Valentiner y Co. En 1872 se funda en Nueva York la compañía N. Y. and Venezuela Steamship, cuyas agencias en La Guaira y Puerto Cabello les fueron asignada a Henry Lord Boulton quien más tarde, en 1875, junto a Dallett y a William Pile, compra dos vapores asociándose de inmediato con el mismísimo presidente Guzmán Blanco.
Gracias a la entrada del “Gran civilizador” en el negocio de los vapores, Boulton pudo inaugurar un servicio “exclusivo” entre Nueva York y Venezuela en 1879. Este servicio se fue incrementando y el negocio fue tan próspero que se mantuvo hasta los años cuarenta del siglo XX.
El amanecer petrolero del siglo XX introducirá cambios sustanciales en detrimento del comercio de cabotaje. La aparición del asfalto y del automóvil, mermarán las actividades de las casas comerciales.
Y vendrán nuevos inquilinos que protagonizarán el siglo xx venezolano, dando al traste a la era del ferrocarril, del cacao y del café. Las empresas petroleras, conocidas como Las siete hermanas, se harán presentes para provocar cambios significativos en la división internacional del trabajo y, por ende, en la Venezuela contemporánea.

texto extraido  de:Hanson,M (2012) Y OTROS

 

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